En la era del DIY, siempre es una buena reciclar, dándole una segunda vida a aquellas esas cosas que ves que no ibas a utilizar o que incluso tirarías a la basura. Por eso, hoy te propongo usar un tarro de cristal, de los típicos de yogur. Vamos a darle una vuelta y a convertirlo en un objeto bonito para nuestro escritorio. Nos va a servir a partir de ahora como cubilete para guardar nuestros lápices y bolígrafos.