ImagÃnate dejarlo todo y dedicarte a lo que más te gusta. ImagÃnate que esa afición tuya a la que has dedicado cientos de horas, disfrutando cada segundo ahora se convierte en tu forma de vida, imagÃnatelo todo y ahora pongamos los pies en la tierra.Â
Doy por sentado que tú, lector o lectora al otro lado de la pantalla, tienes algo en común conmigo, nos gusta el DIY, Do it youself o Hazlo tú mismo en español. Aunque podrÃamos concretar mucho más dentro de este gran término, nos quedaremos con el concepto de DIY como una afición general. ¿O deberÃa decir como un trabajo? La controversia está servida. Las fronteras entre la afición y el trabajo se diluyen, la lÃnea divisoria que discrimina una u otra es difÃcil de situar y hay tantos casos diferentes como aficionados.
Para intentar poner un poco de luz sobre el tema y encontrar ese momento exacto en el que el DIY pasa de ser afición a trabajo deberÃamos tener claro qué es una y otra. Según la RAE, afición es «Inclinación, amor a alguien o algo» , dirÃamos que conforma todo ese conjunto de actividades que hacemos en nuestro tiempo de ocio para canalizar nuestras inquietudes, divertirnos y evadirnos de la vida diaria, en las aficiones debemos eliminar la variante retributiva de la ecuación, un sÃmil al «Sin ánimo de lucro». El trabajo, por el contrario, según la RAE es «Una ocupación retribuida» y yo añadirÃa también, la actividad con la que total o parcialmente nos ganamos la vida, pagamos las facturas y ponemos pan sobre la mesa. Parece una diferencia bastante obvia pero cuando las mezclamos empiezan los dilemas.
Imaginemos que eres aficionado a hacer bufandas de punto. El primer dÃa de frÃo de esta temporada apareces por la oficina con tu nueva bufanda y tus compañeras se enamoran de ella. Tanto, que te piden que les hagas una. Tienes tres encargos que vas a vender a 20€, un precio muy por debajo de lo que deberÃa contando la lana de calidad que utilizas y las horas que le dedicas, pero son amigas y les haces un buen precio. Los pocos ingresos que obtienes son un plus a tu sueldo, entonces ¿Lo llamarÃamos trabajo? ¿O seguirÃa siendo parte de la afición?
Imaginemos ahora que te gusta el craft y abres un blog para compartir todo lo que haces. Eres constante y a los dos años un par de marcas contactan contigo para que colabores con ellas, con el tiempo empieza a ser habitual y aunque no llega a ser ni medio sueldo, es un extra que te viene requete bien para llegar a fin de mes ¿Afición o trabajo?
PodrÃamos poner todo tipo de ejemplos motivados por la crisis, por inquietudes personales o por lo que sea, pero creo que la idea queda clara, en el mismo instante que empiezas a obtener ingresos con tu afición se convierte en un trabajo. El debate está sobre la mesa y en las conversaciones de todo emprendedor DIY ¿Hasta donde llegar? ¿Cuánto tiempo dedicarle? ¿Es compatible con otra cosa? ¿PodrÃa ganarme la vida exclusivamente con esto? ¿Hay mercado para mi?
Independientemente del modelo de negocio que elijas, tanto si tu conversión es espontanea como intencionada, dejarlo todo para dedicarte a lo que amas no es una decisión que haya que tomar a la ligera, te ayudo a empezar esa famosa lista:
- Vas a estar horas trabajando en algo que te gusta.
- No te importará hacer horas extras.
- Es un sector que conoces, clave para que un negocio funcione.
- Ya tienes contactos.
- No empiezas de cero.
- ….
- Nadie te va a regalar nada
- Ser autónomo o emprendedor es más duro de lo que cuentan
- Cuando tu afición es tu trabajo debes buscar otra afición
- Tus logros y tus fracasos van a depender en gran parte de ti.
- …
El debate está sobre la mesa ¿Cuándo es afición y cuándo es trabajo? ¿Dónde ponemos los lÃmites? ¿El DIY puede convertirse en un trabajo estable? Dejo la pelota en vuestro tejado.
Escrito por: Saray de la Hoz www.elinvernaderocreativo.com